El país más poblado del mundo y la primera potencia económica en términos de PIB es, por motivos propios, un escenario atractivo para las empresas que buscan realizar operaciones en el extranjero. Sin embargo, y aunque ha mejorado en los últimos años, la República Popular China ocupa, en 2019, el puesto 46 en el ranking Doing Business. Con la entrada en la nueva década, para continuar esta línea, China ha aprobado una nueva normativa para regular de forma integrada las inversiones extranjeras, que sustituye a varias leyes existentes con efectos 1 de enero de 2020.
De facto, esta nueva Ley de Inversiones Extranjeras tiene por objeto producir un marco mucho más integrado sobre esta relevante materia. Por lo tanto, sustituye a una serie de normas existentes y menos coordinadas: la Ley de la República Popular China sobre empresas mixtas de capital extranjero, la Ley de la República Popular China sobre empresas de propiedad totalmente extranjera y la Ley de la República Popular China sobre empresas mixtas cooperativas extranjeras.
Analizamos a continuación algunas de las principales ventajas.
Protección de la propiedad intelectual
Una preocupación tradicional de los inversores extranjeros en China ha sido la protección de la propiedad intelectual. Es decir, hasta qué punto sus derechos de propiedad intelectual serán asegurados. En este sentido, el nuevo reglamento aporta ciertas garantías, ya que menciona expresamente que la transferencia de la misma no puede ser forzada por el procedimiento administrativo del Gobierno.
Aplicación del tratamiento integrado en la entrada al mercado
La nueva norma establece que la inversión extranjera en China recibirá un trato pre-nacional, lo que significa que el trato nacional, en todos los aspectos y en términos generales, se dará por igual a la inversión extranjera. Aunque con una particularidad: esto no se aplicará si la inversión cae en la Lista Negativa emitida por el Consejo de Estado de China.
Simplificación del proceso de registro
Los métodos anteriores -que requerían la aprobación previa del Ministerio de Comercio y el registro en la Administración de Industria y Comercio antes de que se pudiera permitir una inversión extranjera en China- se simplifican ahora con estas novedades.
Además, se han eliminado las limitaciones de la cuota de inversión de la QFII y la RQFII. Anteriormente, el gobierno de China establecía reglas estrictas sobre cómo los inversionistas extranjeros trabajaban en el mercado de capital de China, establecidas en 2002 y 2011 para que los inversionistas extranjeros calificados sólo abrieran la cuenta de capital y acciones. Dentro de la limitación de la cuota, ambos podían invertir en el mercado de capital de China.
La limitación de las cuotas ya no se adapta a las nuevas tendencias del mercado de capitales de China ni beneficia a los inversores en bonos y acciones en diversos canales. Las cifras mostraron que menos del 2% del valor de las acciones tipo A se mantenía dentro de ellas.
En definitiva, la nueva regulación proporcionará mejores herramientas y un marco más adecuado para los inversores extranjeros en China, dándoles más flexibilidad y añadiendo transparencia, ayudando a la financiación de sus operaciones en el país.
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