Con el puesto 4 de 190 en el ranking Doing Business (lo que representa la entrada más alta para un país europeo), no es descabellado afirmar que Dinamarca es un país atractivo para la inversión extranjera. Los sectores más destacados son: actividades financieras y de seguros, servicios corporativos, comercio (mayorista y minorista), manufacturas, sector inmobiliario e información y comunicación. Los principales países inversores son Países Bajos, Suecia, Reino Unido y Luxemburgo.

Las fortalezas de Dinamarca incluyen un capital humano multilingüe y altamente cualificado, un mercado laboral flexible, infraestructuras modernas (telecomunicaciones, transporte, etc.), e incentivos fiscales. Por el contrario, el mercado interno es pequeño y vulnerable frente a fluctuaciones externas. Además, la deuda es alta, el impuesto sobre la renta y él índice de precios son elevados, y existe una alta proporción por parte de los trabajadores públicos.

Existen oportunidades de inversión, particularmente en el sector de las energías renovables, con los plantes de construcción de una isla artificial que será un gran punto de generación de energía limpia, suficiente como para proveer de energía al propio país y exportarla a sus vecinos. El gobierno poseerá el 51% de la inversión, pero el restante quedará abierto a inversión privada.

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